INDEPENDENCIA DE AMERICA
miércoles, 14 de noviembre de 2012
martes, 4 de septiembre de 2012
La independencia de América del Sur
En 1808 hay una crisis de legitimidad de la monarquía española, que está
secuestrada en Francia y ha sido sustituida por José I, hermano de Napoleón. En
América del Sur se plantean entonces cuatro opciones de legitimidad:
los afrancesados que proclaman su lealtad a José Bonaparte, los leales
a Fernando VII que se adhieren a la Junta Provincial de España, los que
abogan por la creación de una junta provincial en su país, a la manera de
España, pero separada de esta; y los que defienden la legitimidad de
Carlota, hermana de Fernando VII, esposa del rey de Portugal, que está exiliada
en Brasil y se ofrece como opción de gobierno hasta la restauración de su
hermano. Esta opción es absolutista y tiene cierto crédito en la tenencia de
Buenos Aires.
En el Río de la Plata triunfan, sin embargo, los movimientos
juntistas propios. Se crean dos, que rivalizan por el poder: el de Buenos
Aires y el de Montevideo. Al final se impondrá la Junta de Buenos Aires,
dirigida por españoles y en contra del virrey Santiago Liniers, sospechoso
de bonapartismo. Sin embargo, no triunfan definitivamente.
También fracasará en un primer momento la Junta de Caracas. La
Junta de Caracas está dominada por mercaderes gaditanos opuestos a la
liberalización del comercio. Aunque el grupo dominante es la burguesía agraria
y comercial que tiene miedo a una sublevación de los esclavos, como en Haití.
Los juntistas del alto Perú tiene algo más de suerte. Se forman
juntas en La Paz y en Sucre, aunque la Audiencia terminó por asumir todos
los poderes adhiriendo a los leales a Fernando VII. La Junta de La
Paz estuvo dominada por Pedro Domingo Murillo, que aspiró a un nuevo
sistema de gobierno fundamentado en los intereses de los americanos, un
auténticoautogobierno, pero se encontró con la oposición de los conservadores,
y aunque no se había puesto en cuestión el statu quo, temían la pérdida del
poder económico que habían ostentado desde el siglo XVIII.
En Quito también se establece una junta provincial, dominada por la
clase alta, el Marqués de Selva Alegre y el Marqués de Santa
Cruz, que dominaban las juntas del alto Perú, sobre todo la de La Paz, llevaron
sus reivindicaciones el extremo de oponerse a España y de formar un gobierno
independiente. Se trataba de transferir el poder a la gente del país con
el mínimo cambio posible. Ante estas posturas conservadoras las provincias
limítrofes continuaron siendo fieles al virrey José Fernando Abascal, que
era garantía de legitimidad.
La convocatoria a Cortes de 1810 creó un problema de statu quo en las
Indias, que no sabían en calidad de qué acudir. En 1810 habían triunfado las
juntas de Caracas, Cartagena, etc., que pretendían gobernarse por medio de
juntas americanas dominadas por criollos. Todas las juntas que
probaron suerte antes de 1810 fracasaron, sin embargo, después de
1810 habían triunfado todas. En Buenos Aires se constituyó
una junta a raíz de la revolución de mayo. El virrey Baltasar Hidalgo
de Cisneros tuvo que convocar un cabildo abierto que se
constituyó en junta y que dejó fuera al virrey, pero que juró lealtad a
Fernando VII. El presidente de la junta fue Cornelio Saavedra. Pero
enseguida surgieron las diferencias con el resto del virreinato, que no estaba
dominado por la oligarquía bonaerense y su milicia. En Montevideo tenían
su propia junta, y también estaba la Junta de Paraguay; Perú sigue
siendo elbaluarte realista, y surgen problemas con Brasil y Portugal.
Chile es
un territorio aislado geográficamente, y está controlado por una reducida oligarquía que
proclama su propia junta en Santiago; sin más, a imitación de la
bonaerense. Esta actitud le supone caer en una guerra civil (en 1813) la
implantación del terror realista en 1815, y la liberación e independencia
de la mano de José de San Martín en 1818.
En 1810 se establecen por toda Suramérica juntas provinciales dominadas por
criollos, que en 1812 reciben el apoyo de los EE UU para
que proclamen su independencia.
Caracas es
el lugar donde se dan las mayores tensiones debido a la proximidad
geográfica, tanto con España como con Haití. Aquí, muy pronto las posturas
se radicalizan y se buscará la independencia. En 1811 se funda
la Sociedad Patriótica de Caracas, a cuya cabeza está Simón Bolívar.
Esta sociedad no confiaba en que España introdujese cambios en el sistema
colonial, y en 1811 proclaman la independencia, y una constitución
liberal a la manera de la de Estados Unidos, fundando una primera
república con una estructura federal en el territorio de Nueva Granada. En 1812
Domingo Monteverde llega a Caracas con una flota realista, desde Santo
Domingo. Un terremoto en Caracas le ayuda a obtener una fácil victoria, pero no
puede evitar el levantamiento de los esclavos. Simón Bolívar se hace
con el mando de un numeroso grupo rebelde y vence a Monteverde. En 1812
entra en Bogotá. Aquí empieza su lucha por la independencia de la Gran
Colombia, lo que se conocerá como la Patria Boba, con una gran diversidad
cultural. En 1813 conquista Caracas, pero la república cae. Tras
la Restauración, España, en 1816, vuelve a tomar el control con Pablo
Morillo que se pone al frente de la contrarrevolución. En 1820 triunfa
una revolución liberal en España, y se resucita el proyecto de
Bolívar de crear una Gran Colombia. Esta vez es desde Venezuela,
desde donde partirá el impulso que liberará Nueva Granada y Ecuador. Se
proclama una nueva constitución y se firma un armisticio con Morillo.
La Junta de Quito es liberada por San Martín. Estas son
tenencias independientes de Colombia. Bolívar se convierte en el presidente
de la Gran Colombia con un proyecto de unidad americana. Pero en el Congreso
de Panamá de 1826 se pone de manifiesto la anarquía que existe
en la zona. Bolívar no pudo controlar militarmente todo el territorio, desde el
gobierno central, y se pusieron de manifiesto las diferencias culturales y
regionales. En 1829 Venezuela se separa de la Gran Colombia, en 1830
lo hará Ecuador y en 1904 Panamá, con la ayuda de EE UU que
construyen un gran canal para comunicar el Atlántico con el Pacífico.
Perú es
liberado por San Martín. La campaña comienza en 1820, en la que San
Martín hace la «declaración de independencia» y conquista Perú desde
Chile, con la ayuda de Argentina y Gran Bretaña. En 1821 inicia la
guerra en una campaña contra Lima y declara la independencia. Toma medidas
liberales, pero los españoles controlan el interior del país y se organizan en
guerrillas de monteros. La intervención de Bolívar acaba con los
últimos focos de resistencia españoles.
Bolivia,
en el alto Perú, es el último reducto realista en Suramérica, pero
está asilado de España. El territorio es liberado en la campaña de Sucre,
1824-1825, por Bolívar, y se independiza como un Estado soberano, por lo que
constituye una asamblea, la Asamblea de Chuquisaca, en Sucre.
Haití: Revolución y Castigo, de la
primera independencia de América Latina al país más pobre de la región
En 1492, Colón “descubrió” Aytí, el
paradisiaco hogar de los tainos. Ese año, luego de un breve contacto pacífico,
el “descubrimiento” mutó en conquista, la isla fue rebautizada como La Española
y los indios fueron sometidos a la encomienda. Así, en poco tiempo, la colonia
prosperó, convirtiéndose en el centro del Imperio Español en América. Empero,
rápidamente la sobre-explotación laboral, las guerras y las enfermedades fueron
diezmando masivamente a los indios, socavando las bases mismas de la
acumulación colonial. Para resolver la falta de mano de obra, los colonos
empezaron a introducir esclavos africanos, estableciendo el sistema esclavista
en la isla. Esta solución funcionó en el corto plazo, sin embargo a mediados
del siglo XVI, la colonia empezó a perder importancia económica y política en
la medida que los españoles colonizaron a los indios del continente y
descubrieron allí riquezas de enorme valor. De esta manera, para el s. XVII,
los castellanos concentraron su dominación sobre la región oriental de la isla
dejando abandonada la occidental.1 Aprovechando esta oportunidad,
cientos de piratas comenzaron a establecerse en la isla, conformando una
comunidad de forajidos. Sin embargo, esta situación duró algunas décadas, ya
que Francia logró imponer su control militar sobre ésta, fundando así, la
colonia de Saint Domingue en aquella región. Realidad que finalmente fue
aceptada por España en 1697 con la firma del Tratado de Ryswick. A partir de
allí, Francia llevó adelante un proceso imperial/esclavista que tuvo como
resultado la construcción de un sistema de plantación en el que 500.000
esclavos africanos trabajaban en miles de plantaciones de azúcar, café, índigo
y algodón. Así, Saint Domingue se convirtió en la colonia más próspera del
Mundo Atlántico y en uno de los principales factores del desarrollo capitalista
francés.2Además de la masa de esclavos, la
sociedad se componía de 30.000 blancos y 24.000 mulatos y negros libertos.
Entre los primeros, la mitad eran trabajadores pobres y los otros ricos
plantadores con gran poder económico, aunque no político, ya que debían
soportar el despotismo metropolitano. Los segundos eran partícipes y víctimas
del sistema, ya que poseían esclavos y plantaciones, pero eran segregados
racialmente y sometidos por los blancos.3
Trazado por múltiples contradicciones,
este orden comenzó a resquebrajarse en 1789, cuando la Revolución Francesa
agitó la Isla. Los colonos temían que la Declaración de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano se aplicase allí; empero, quedó rápidamente claro
que el hombre del que ésta hablaba no era más que el varón blanco, europeo y
propietario. Esta contradicción enardeció primero a los affranchis, que se
levantaron en pos de la igualdad, lo que derivó en enfrentamientos entre
plantadores de ambos bandos. Sin embargo, no fueron los únicos en
insurreccionarse. Los esclavos se rebelaron en agosto de 1791. Su reclamo era
claro: la Libertad y la Igualdad Universal. En una de sus proclamas, los
líderes Jean Francois, Biassou y Toussaint Louverture, afirmaban: "Sí,
caballeros, somos tan libres como ustedes (…). Somos sus iguales, por derecho
natural, y si la naturaleza se congratula asimismo dando una diversidad de
colores a la raza humana, no es un crimen haber nacido negro, ni una ventaja
haber nacido blanco."4
Los rebeldes asumían el ideario
ilustrado, pero lo resignificaban universalizándolo más allá de sus límites
clasistas, raciales y eurocéntricos. Surgía así, como contracara de la
Revolución Norteamericana y de la Revolución Francesa, un discurso radicalmente
descolonial, que aunque todavía no denunciaba al colonialismo en sí mismo,
jaqueaba sí a dos pilares de la colonialidad: el racismo y la esclavitud. En un
primer momento, Francia y los plantadores resistieron a los insurrectos.
Empero, en 1793, cuando Saint Domingue fue invadida por españoles y británicos,
los comisionados metropolitanos se vieron obligados a declarar abolida la
esclavitud para contar con el apoyo de estos. La Convención Nacional ratificó
la medida en febrero de 1794 y resultó un éxito político-militar, logrando así
mantener la colonia bajo la órbita francesa. Sin embargo, los costos fueron
altos para la metrópoli, ya que fortaleció a un sector de los rebeldes,
liderados por Toussaint Louverture, quienes lograron hegemonizar el poder en la
Isla. En 1800, luego de una breve guerra civil entre ex esclavos y affranchis, Toussaint
impuso un nuevo orden social post-racista y post-esclavista que, aunque
mantenía formalmente el pacto colonial, lo limitaba de hecho. Al hacerlo, la
Revolución había ido demasiado lejos y Napoleón decidió ponerle fin, enviando
una poderosa expedición para reinstaurar el antiguo régimen. La expedición
inicialmente logró, tras arduos combates la rendición de Toussaint, quien
finalmente fue apresado y enviado a la metrópoli, donde murió en 1803. Empero,
el éxito devino en fracaso cuando Leclerc, el comandante de la misión intentó
re-imponer la esclavitud. Los ex esclavos, aliados con los mulatos, liderados
por Jean J. Dessalines y Alexandre Petión, se rebelaron y en una guerra popular
de liberación nacional consiguieron expulsar a los franceses. La revolución
cerraba así su ciclo, deviniendo puramente descolonial, al asumir el
anticolonialismo radical entre sus banderas.
Nacía, el 1 de enero de 1804, la primera
República Negra del Mundo y la primera nación independiente de América Latina.5 El golpe al sistema
moderno/colonial fue durísimo y las potencias imperiales, en respuesta, le
impusieron al novel estado un cerrado bloqueo cultural, económico y político
para que su ejemplo no se expandiera. Declarada la independencia, Dessalines se
encargó de fortalecer el orden interno masacrando a los colonos franceses que
todavía quedaban en la isla. Sin embargo, no reprimió a todos los blancos, ya
que respetó a los médicos, los sacerdotes y a los soldados polacos y alemanes
que habían apoyado la revolución. En el orden político, Dessalines promulgó una
nueva constitución, en 1805, en la cual se establecía la libertad y la igualdad
universal, la tolerancia religiosa y se lo nombraba Emperador de Haití. Por su
parte, en el orden económico buscó restablecer el modelo agro-exportador
mediante el sistema de plantaciones. Asimismo, haciendo gala de su solidaridad
americana, apoyó materialmente la expedición libertaria de Miranda, la cual
finalmente fracasó.6 Dessalines buscó consolidar la
revolución, sin embargo, en el difícil contexto post-colonial, renacieron los
conflictos internos y el Ejército se rebeló asesinándolo en 1806. A partir de
ese momento, se dio un choque militar entre los sectores negros acaudillados
por el Gral. Henri Christophe y los mulatos liderados por el Gral. Alexandre
Petión, que llevó a la división del país en dos regiones, la del norte y la del
sur. Christophe gobernó en el norte primero como Presidente y luego como
Monarca (1811), estableciendo una suerte de despotismo ilustrado que buscó el
desarrollo del país mediante el sistema de plantaciones (con intervención
estatal), escuelas técnicas e imponentes obras públicas cívico-militares. Su
gobierno fue parcialmente exitoso, sin embargo, a costa de un gran sacrificio
de los cultivadores, que terminaron rebelándose y llevaron a su suicidio en
1820. Por su parte Petión gobernó en el sur, como Presidente, ampliando la
escolaridad y llevando adelante la primera reforma agraria de América Latina.7
Asimismo, en 1816, dio apoyo económico y
militar a la gesta independentista de Bolívar, a cambio de que éste liberara
los esclavos de Hispanoamérica. Cosa que aquel finalmente hizo, expandiendo
así, las banderas de la revolución haitiana por el continente y dándole
contenido social a la lucha anti colonial hispanoamericana.8 Dos años después, Petión murió
y fue reemplazado por el mulato Gral. Jean Pierre Boyer, quien, en 1820, logró
reunificar el país bajo la égida de la elite mulata. Como Presidente, Boyer
expandió la reforma agraria por el país, dando cauce al reclamo histórico de
los cultivadores, sin embargo, la medida no implicó el fin absoluto de las
plantaciones (que ahora eran controladas por mulatos y negros oficiales del
Ejército) y, lejos de generar un aumentó de la productividad, significó su
descenso y una especialización hacia otros cultivos distintos del azúcar, como el
café, el algodón y la madera de tinte. A su vez, en 1822, Boyer expandió la
revolución hacia Santo Domingo, anexándolo a Haití. Sin embargo, asediado por
el bloqueo y por las dificultades económicas, Boyer decidió reestablecer
negociaciones con Francia para lograr el reconocimiento de la independencia del
país. Finalmente en 1825, Francia accedió a aquel reclamo a cambio de una
enorme indemnización de 150.000 millones de francos, que obligó al gobierno de
Boyer a pedir un empréstito a un banco francés para afrontar los primeros
pagos. Nacía así la doble deuda externa de Haití, el altísimo precio que el
Estado de afrodescendientes tuvo que pagar para ser reconocido como tal en la
arena internacional. Precio que, sin embargo, no alcanzó para que Haití participara
del Congreso de Panamá, del cual fue excluido a pedido expreso de Estados
Unidos. Con serias dificultades económicas y políticas, Boyer gobernó en los
años sucesivos, dándose durante esa época un proceso de consolidación de la
hegemonía de la elite comercial mulata y el fortalecimiento paralelo de otra
elite menos poderosa, la de los oficiales/terratenientes negros. En 1843, Boyer
fue derrocado por estos sectores negros, quienes impusieron como nuevo
Presidente a Charles Hérard. Seguidamente, en 1844, Santo Domingo logró su
independencia dando nacimiento a la República Dominicana. A partir de ese
momento, Haití entró en una espiral de inestabilidad política, debido a
sucesivas revueltas populares, que llevaron a la caída de varios gobiernos,
aunque manteniéndose la hegemonía mulata.
Finalmente, en 1847, el Gral. negro
Faustin Soulouque, fue nombrado Presidente por los mulatos con la esperanza de
que resultara un gobernante títere. Sin embargo, este rompió con aquel sector y
creó su propio régimen llegando a auto-coronarse como Emperador en 1849. El
gobierno de Souloque ciertamente fue represivo, sin embargo, llevó adelante
medidas interesantes como una reivindicación de la negritud, una política
anti-imperialista contra Estados Unidos y un nacionalismo económico que intentó
estatizar el comercio exterior, aunque sin éxito. Asediado por las potencias
extranjeras, los vaivenes del precio del café y por la presión de la elite
mulata, Souloque fue finalmente derrocado en 1859.9 Aquel acontecimiento abrió una
nueva y extensa etapa en la historia haitiana que se cierra en 1915, con la
ocupación norteamericana. Durante ese período, a pesar de intentos de
modernización productiva, la economía del país entró en franca decadencia
debido a las debilidades estructurales del modelo agroexportador, la presión de
la deuda externa y la creciente dependencia financiera de los Estados Unidos,
Francia y Alemania. En el aspecto político Haití vivió una etapa de gran
inestabilidad, marcada por sucesivos cambios de gobierno debido al constante
enfrentamiento entre el partido Nacional y el Liberal, una disputa de poder
ínter oligárquico entre la elite mulata (hegemónica) y la negra, que tendía a
movilizar a los cultivadores a su favor. Sin embargo, también se dieron
revueltas populares autónomas que dificultaron el proceso de construcción estatal.
Por último, en el ámbito de las relaciones internacionales, Haití continuó
aislado y amenazado por las potencias imperiales, que estaban interesadas, no
sólo en intervenir económicamente, sino también en aprovechar la ubicación
estratégica de la isla.10
A fines del siglo XIX y principios del
XX, Estados Unidos y Alemania compitieron en esta carrera y el primero terminó
imponiéndose, cuando finalmente ocupó Haití en 1915, tomando como pretexto el
caos financiero y político que vivía la isla. De esta manera, USA coronaba su
política imperial en el Caribe y en Centroamérica que tenía sus antecedentes en
la imposición del protectorado a Puerto Rico (1898), la enmienda Platt en Cuba
(1902), la intervención de la aduana de la República Dominicana (1907) y la
intervención en Nicaragua (1909).11 Así, miles de marines blancos
invadieron la isla y esta quedó a cargo de un procónsul militar estadounidense.
Para mantener las formas, se impuso un Presidente títere y se firmó un acuerdo
de protectorado entre ambos países. Asimismo, se promulgó fraudulentamente una
nueva carta magna en la que se fijó la posibilidad de que los extranjeros
adquiriesen tierras en Haití, algo que las constituciones previas prohibían.
Siguiendo esa línea los gobiernos títeres (Dartiguenave, Borno, Roy, Vincent)
realizaron profundas concesiones económicas, entregaron el control aduanero
para el pago de la deuda externa y el control del ejercito. A su vez, se
re-estableció un sistema laboral semi-esclavista denominado corvée, por
el cual la población campesina estaba obligada a trabajar en la construcción de
obra publica. Los sectores populares liderados por Charlemagne Peralte y Benoit
Batraville, se levantaron en armas frente a esta política neo-imperial, sin
embargo luego de años de lucha guerrillera, finalmente fueron derrotados por
los marines, dejando más de 3000 campesinos muertos. Asimismo, de las capas
medias negras nació un movimiento cultural anti-imperialista y de afirmación
negra, liderado por Jean Price Mars que resistió a la ocupación y que consolidó
la conciencia nacional. Estas acciones socavaron el poder de la ocupación,
empero, EEUU, controló el país por 19 años hasta que en 1934, debido a la nueva
política del “buen vecino” de Franklin Roosvelt, decidió retirarse dejando todo
amañado en su propio beneficio. De esta manera, recuperada la soberanía formal,
el pesidente Vincent siguió con la política pro-imperial.12
Para colmo, en 1937, se dio una nueva
desgracia, el ejército de Trujillo masacró a 20.000 haitianos que cortaban caña
en la República Dominica. Vincent le reclamó a Trujillo un resarcimiento y
firmó con él un acuerdo en el que este se comprometía a pagar 750.000 dólares
como indemnización. O sea la vergonzosa suma de 30 dólares por persona. Estas y
otras medidas generaron enorme descontento popular y llevaron a que Vincent
decidiera no ir por la reelección y dejar su lugar a Lescot como Presidente.
Este gobernó durante los años sucesivos, llevando una política fuertemente
represiva y otorgándole grandes concesiones a empresas agrícolas y mineras
norteamericanas. Asimismo, el país vivió una nueva crisis económica, que derivó
en una gran movilización popular contra el gobierno y que llevó a que el
Ejército finalmente depusiera a Lescot y llamara a elecciones en 1946. De las
mismas, salió vencedor Dumarsais Estimé, representante de la burguesía y la
pequeña burguesía negra. Su presidencia se dio en un contexto económico
internacional favorable, que le permitió impulsar la obra pública y promover el
avance de la elite negra, aunque sin mejorar la paupérrima condición de vida de
las masas. Resentida por su exclusión política, la elite mulata finalmente
derrocó a Estimé en 1950 e impuso la dictadura de Paul Magloire, que duró hasta
1956. Ese año, Magloire tuvo que renunciar ante la crisis económica y política
que vivía el país y se abrió un período breve de gran inestabilidad en el cual
se sucedieron distintos presidentes provisionales. Uno de ellos fue Daniel
Fignolé, líder del Mouvement Ouvrier Paysan, quien representaba a los
sectores populares reivindicando un discurso democrático y anti-imperialista.
Su llegada al poder fue una horrenda sorpresa para la elite y por ello 19 días
después de su ascenso lo derrocó militarmente.13
Finalmente se dieron elecciones en 1957,
en las que François Duvalier triunfó fraudulentamente. Este representaba a la
elite negra y gracias a su práctica como médico rural y a su reivindicación de
la negritud, logró el apoyo de una parte de los cultivadores. De esta manera,
desde los inicios de su mandato, Papa Doc se revindicó como el líder de una
revolución negra frente a los poderes imperiales y oligárquicos. Sin embargo,
tal como señaló Frantz Fanon para el caso de las burguesías nacionales
africanas de la era post-independencia, Duvalier expropió aquella ideología
revolucionaria y la vació de contenido, llevando en la práctica un gobierno
totalitario, corrupto y aliado de los Estados Unidos. A poco de asumir, para
consolidar su poder, Papa Doc rápidamente doblegó a la elite mulata, la iglesia
y el Ejército. Buscando terminar con la inestabilidad política conformó un
cuerpo para-militar: los Voluntarios para la Seguridad Nacional, conocidos
popularmente como los Tonton Macoutes(nombre que en creole evoca la figura
del hombre de la bolsa). Los sectores campesinos, sindicales e intelectuales
buscaron resistir el embate para-estatal, sin embargo Duvalier logró su
cometido, imponiendo un régimen terrorista que le permitió ganar sucesivas
elecciones fraudulentas. Asimismo, en cuanto a su relación con EEUU, a pesar de
que hubo ciertos choques con la administración Kennedy, a partir de la
presidencia de Johnson, Duvalier fue visto como el baluarte del anti-comunismo
en el Caribe y su régimen fue apoyado militar y económicamente por la potencia
del norte. Sin embargo, la economía de la isla basada en un modelo
agroexportador arcaico, de semi-monocultivo, se mantuvo estancada y con una
gran disparidad en la distribución de la riqueza. Finalmente, Papa Doc murió en
1971, dejando como sucesor a su hijo de 18 años, Jean Claude Duvalier.14
A pesar de su inexperiencia, Baby Doc
continuó con el sistema político y económico impuesto por su padre, aunque
generando algunos cambios no menores. En primer lugar, limitó la represión e
intentó dar una imagen de apertura política, que sin embargo resultó
absolutamente limitada, generando una permanente resistencia popular al
gobierno. En segundo lugar, impulsó las inversiones extranjeras y diversificó
parcialmente la economía, generando una industria liviana de ensamblaje y
promoviendo el turismo en la isla. Dichas medidas tuvieron un éxito relativo,
empero no significaron una mejora en las condiciones de vida de la población,
sino por el contrario, un aumento en la brecha de desigualdad entre la elite y
los sectores populares. Asimismo, este periodo estuvo marcado por una
corrupción generalizada que enriqueció a la casta gobernante. Baby Doc logró
mantenerse en el poder por 15 años, sin embargo, para 1986 la resistencia
popular ganó las calles y finalmente tuvo que renunciar y exiliarse en Francia.15
El Ejército se hizo cargo del poder
conformando un Conseil National de Gouverment, liderado por el Gral.
Henri Namphy, que dio paso a una serie de breves gobiernos provisionales
que buscaron mantener el status quo. Asimismo, en 1987, se promulgó una nueva
constitución, que apuntaba a democratizar el sistema político, pero que recién
logró ponerse efectivamente en marcha con las elecciones de 1990. En ese año se
dio un proceso de apertura política y de movilización popular que llevaron a
las primeras elecciones verdaderamente libres y democráticas de la historia de
Haití, en las cuales fue electo con el 67% de los votos Jean Bertand Aristide
(apodado popularmente Titid). Lejos de candidatos como Marc Bazin, ex
funcionario del Banco Mundial, ligado a los intereses norteamericanos, Aristide
era un joven sacerdote salesiano formado en la teología de la liberación, que
revindicaba un discurso anti-imperialista y que tenía una importante
trayectoria de militancia social y política contra los Duvalier. En este
sentido, Aristide representaba los intereses de los sectores populares y su
victoria electoral significó un enorme avance de las luchas emancipatorias en
el país. Luego de un fallido intentó de golpe de Estado para evitar su
asunción, Aristide se hizo cargo del poder en febrero de 1991 e inició su
gobierno, impulsando una serie de reformas que apuntaban a una mayor
distribución de la riqueza y a terminar con el legado represivo del
duvalierismo. Empero, la elite no daría el brazo a torcer y a los 7 meses lo
derrocó mediante un nuevo golpe de Estado. Titid se exilió primero en Venezuela
y luego en Estados Unidos y el gobierno quedó en manos de un triunvirato
militar dirigido por el dictador Raoul Cédras, quien era el jefe del Ejército y
había sido entrenado en la Escuela de las Américas. Así, Cédras impuso una
dictadura oligárquica y pro-norteamericana, que mediante una nueva fuerza
paramilitar, el Front pour l'Avancement et le Progrès Haitien, reprimió
duramente a los sectores populares.
Sin embargo, Aristide no se dio por
vencido y apoyado por la diáspora haitiana en Estados Unidos, inició una fuerte
presión sobre el gobierno de Clinton para que este lo ayudara a regresar al
gobierno de la isla. Clinton tenía dudas sobre el camino a seguir, sin embargo,
presionado por los sectores afroamericanos del Partido Demócrata y por la
avalancha inmigratoria que empezó a llegar desde Haití, decidió finalmente
apoyar a Aristide en su retorno al poder. De esta manera, en 1994, en un acto
sin precedentes, los marines volvieron a intervenir en Haití pero esta vez para
restaurar a Titid en el poder. Esta operación permitió la reanudación del
proceso democrático, sin embargo, le impuso fuertes limitaciones al mismo, ya
que se amnistió a los golpistas y se presionó a Aristide para que aplicara
políticas neoliberales en su gobierno. Reinstalado como Presidente, este
disolvió definitivamente el Ejército, creo una comisión de verdad para
investigar los crímenes de la dictadura y, en cuanto al programa neoliberal,
aunque finalmente se resistió a privatizar las empresas estatales, sí accedió
liberalizar el comercio exterior, medida que profundizó la crisis económica ya
que produjo un aumento de la importación de productos norteamericanos,
especialmente agrícolas que golpearon duramente a la producción nacional de
arroz.16
A pesar de ello, Titid, siguió contando
con un enorme respaldo popular y estuvo tentado a presentarse para la
reelección en 1996. Sin embargo, como la constitución lo prohibía, el candidato
Lavalas, su partido, finalmente fue René Preval, su ex primer ministro y
compañero de militancia de los 80. En 1996 se llevaron adelante las elecciones
y Preval ganó con un 88% de los votos, dándose la primera sucesión presidencial
democrática y pacífica de la historia del país. A pesar de ello, el gobierno de
Preval fue sustancialmente distinto al de su predecesor, dejando de lado el
discurso antiimperialista y llevando adelante las prometidas reformas
neoliberales, que implicaron un recorte estructural del Estado y la
privatización de las mayores empresas estatales. Estas medidas hicieron que
Aristide se convirtiera en un opositor al nuevo gobierno y que el partido
Lavalas se dividiera en dos en 1997, el Lafanmi Lavalas liderado por
Titid y la Organisation Politique Lavalas de Preval. Esta fractura
generó una nueva crisis política, que llevó a que el presidente disolviera el
parlamento en 1999 y gobernará mediante decretos. Aún así, el sistema
democrático se mantuvo y las fuerzas de paz que se encontraban en el país desde
1994 finalmente se retiraron en el 2000.
Ese mismo año se dieron las elecciones y
Aristide se presentó como candidato revindicando un discurso de izquierda y
anti-imperialista. Por su parte los partidos opositores al Lafanmi Lavalas se
unieron en la Convergence Démocratique e intentaron boicotear las
elecciones, aduciendo la existencia de fraude, empero los comicios se
realizaron y Aristide salió re-electo con un 92% de los votos. De esta manera,
en el 2001 inició su segundo gobierno, prometiendo realizar un proceso de
profundas transformaciones, sin embargo, debido a la oposición de la elite y a
sus propios errores, éste no logró materializarse llevándose adelante
únicamente, una serie de proyectos progresistas como programas de
alfabetización, bancos cooperativos y planes asistenciales para limitar la miseria
de la población. Esta situación derivó en una nueva crisis política, que se
manifestó en el recrudecimiento de la violencia entre sectores populares
armados afines al gobierno y bandas paramilitares del viejo FRAPH y del
ejército disuelto. Aristide buscó contener la debacle, apelando a los festejos
del Bicentenario de la Revolución como una oportunidad para refundar el país.
Así el 1 de enero del 2004, en Gonaïves dio un discurso celebrando la gloriosa
revolución y reclamando a Francia el pago de una indemnización de 21 billones
de francos, para reparar los daños causados por su política esclavista y
colonial en la isla. Más allá de lo justo de su reclamo, ya era demasiado
tarde, la oposición paramilitar organizada en el Frente de Liberación Nacional de
Haití, acaudillado por el ex golpista Guy Phillipe, comenzó a sublevarse hasta
controlar los centros nucleares del país. Aristide buscó resistir, pero frente
a la presión de la embajada de EEUU y de Francia, abandonó el país en un avión
norteamericano exiliándose en Sudáfrica. Aun no queda claro si Aristide fue o
no “raptado” por EEUU lo cierto es que su gobierno fue derrocado y nuevamente
las tropas de EEUU y Francia (junto con las de Chile y Canadá) ocuparon el
país, imponiendo un gobierno provisional compuesto por sectores de la Convergence
Démocratique y liderado por el Primer Ministro Gérard Latorture, un rico
empresario que hacía décadas que vivía en La Florida.17
De esta manera, 200 años después de la
Revolución, Haití volvió a caer, una vez más, preso del colonialismo, del que
todavía no logra escapar.
LOS PROBLEMAS DE LAS NUEVAS NACIONES AMERICANAS
Una América
inestable y dependiente del poderío americano.
En
los primeros 25 años de la vida independiente de los nuevos países de América
Latina pueden detectarse rasgos comunes a la mayor parte de ellos y que se
sintetizan en cuatro fracasos:
a)
Fracaso de las aspiraciones a la unidad. Simón Bolívar defendía la idea de una
gran Confederación entre las Repúblicas hispanoamericanas, algo parecido al
régimen federal de EE.UU.. Sin
Embargo
a su muerte se produjo la ruptura de la
Confederación Grancolombiana (1930) que se
Disgrega
en varios países: Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú.
−También
en 1821, la Federación del Centro de América se disgregó, dando lugar a 5 países
independientes: Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Panamá
−En
1830, el sur se había disgregado en varios países: Argentina, Uruguay, Paraguay
y Chile,
b)
El caudillismo. En la mayoría de los nuevos países el poder pasa a manos de
caudillos militares que establecen dictaduras, apoyadas por los sectores
conservadores
Fracaso de
la estabilidad social.
Los
Criollos (terratenientes, funcionarios y burguesía urbana) monopolizaron el
poder y las riquezas y, además estaban exentos de pagar impuestos. Olvidaron
los
intereses de la población india, negra o pobre. Ello dio lugar a multitud de
revueltas campesinas.
En
México entre 1840 y 1850 se suceden revueltas en la región del sudoeste (en los
estados de
Oaxaca
y Chiapas) que aún persisten en el año 2.000
d)
La Independencia política no supuso la independencia económica. El dominio
español
fue
sustituido por Gran Bretaña y Estados Unidos.
−Gran
Bretaña pasan a dominar el comercio sudamericano convirtiendo a estos países en
un
amplío
mercado para su industria e influyendo en sus leyes y sus gobiernos.
−Estados
Unidos también vio con agrado la disgregación del Imperio Colonial español ya
que
ello
les ofrecía posibilidades de expansión económica y política. Pronto se pusieron
de manifiesto sus
verdaderas
intenciones:
+
Compra de Florida a España por el precio de 5 millones de dólares (1819).
+
Monroe (presidente de EE.UU. desde 1817 a 1825), reconoce los nuevos estados
americanos y estableció relaciones diplomáticas con ellos. Pero es conocido por
su teoría sobre
política
exterior, la llamada Doctrina Monroe,
recogida en un mensaje al Congreso
americano
el 2 de diciembre de 1823, en la consideraba que la intervención de cualquier
potencia
extranjera sobre los nuevos países independientes era una manifestación de
enemistad
hacia los Estados Unidos. Se sintetiza en la frase "América para los
americanos" que encierra otro mensaje subliminal: "América para los
norteamericanos". Los
europeos
debían abandonar sus intereses en el continente. Esta doctrina fue esgrimida en
varias
ocasiones a lo largo del Siglo XIX.
+ La Guerra con México (1847–48) en la que México perdió el 50% del territorio mexicano emancipado: Nuevo
México, Arizona, California, Utah, Nevada y parte de Colorado.
+
Varios intentos de anexión de Cuba, república Dominicana, Uruguay, Panamá y
Nicaragua (entre 1853 y 1860).
+ La guerra de Cuba. La Guerra hispano-estadounidense de 1898 motivada
por la voladura del acorazado estadounidense Maine (provocada al parecer por
los propios estadounidenses). Cuba logró su independencia y se elaboró una
constitución en la que se incluyó
la
enmienda Platt que daba derechos a EE.UU. para intervenir militarmente en la
isla y
establecer
bases militares (Guantánamo y la isla de Pinos). La resistencia de los cubanos
a
estas
medidas provocó una segunda ocupación de Cuba de 1906 a 1909.
+ La cuestión de Panamá. La construcción del canal de Panamá, terminado por
EE.UU.
desde
fines del XIX e inaugurado en 1914. En 1903, EE.UU. creó un nuevo estado, Panamá, desgajado de
Colombia y adquiere el derecho de libre disposición de la franja de
tierra
panameña a ambos lados del canal. Sólo en el año 2000 ha pasado totalmente a
manos
panameñas.
Causas de la Independencia:internas y externas
Los hechos que provocan la emancipación política de América Latina, constituyen parte de un proceso histórico que transcurre entre 1808 y 1824. Proceso que se inició en las Indias, como una respuesta al movimiento juntista desarrollado en España para defender los derechos de Fernando VII, prisionero de Napoleón. Tuvo en su inicio, carácter autonomista y federalista para derivar finalmente en rebelión independentista.
q Causas Internas:
Se les asigna valor negativo.
La emancipación se ve como una lucha de reivindicaciones. Ellas serían
principalmente: la deficiente administración, la relajación de costumbres, el
régimen comercial de monopolio, la postergación de criollos y mestizos, el
absolutismo y tiranía de la autoridad virreinal, las restricciones culturales,
entre otras.
q Causas
Externas:
Tendrían carácter positivo y son los hechos que promueven
la consecución del objetivo. Ellas serían: la
influencia de la filosofía de la Ilustración, el influjo que ejercen en los
criollos ilustrados los políticos europeos, la influencia de la revolución francesa, el ejemplo de la independencia de los Estados Unidos, el papel
desempeñado por las sociedades secretas, la participación activa de los
jesuitas expulsados, entre las más importantes.
A estos antecedentes se agregan, como hechos que apuran el
proceso, la invasión de Napoleón en España y la reacción que provoca en América
el absolutismo de Fernando VII, luego de su restauración en 1814.
La independencia no se consuma con la constitución de las Juntas, tampoco en el momento en que ella se
proclama. Se desarrolla en un período de aproximadamente catorce años y se logra cuando los ejércitos criollos
derrotan a las fuerzas realistas en las llamadas " guerras de
independencia ".
Estas
guerras tienen el carácter de guerra civil: se enfrentan casi siempre
peninsulares y criollos, pero en ambos bandos se hayan unos y otros. Este hecho
explica que la lucha armada haya sido relativamente larga, a pesar de haber
enviado España a América escasos contingentes militares.
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